Los días se trasforman y como nuevas vidas pasan de lo más carnal a lo espiritual.
Dos fines de semana continuos antitéticos en sus emociones pero intensísimos.
Dos maneras de volver al origen, a lo más primitivo, uno desde de la naturaleza del hombre y el otro a través del retroceso en el tiempo. Uno fué lujuria, el otro, pasión.
Hablo de una noche y de un día, del dejarse llevar y el de ir.
Hablo de una oscuridad con olor a alcohol y de un paraíso a la luz del día.
Hablo del sexo y de una escapada al principio de los tiempos.
martes, 5 de junio de 2007
04 Junio 2007
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